soles

Ponerle queso rallado a los fideos con manteca,
mas que un ritual es una costumbre y una necesidad.
Ver como cae lentamente rozando cada fideo para despues quedarse impregnados los pedacines de queso le hizo recordar tardes de verano y eternas nostalgias.
La belleza de la imagen no lograba opacar el contenido fuisionado con el resto.
Hablar sin tener nada para decir le generó desastres en el desafío de mantener algo.
Duraba 1 segundo su atención. su misión solamente era estar. Nada mas. No importaba como.
Las personas ni siquiera comentaban nada.
La gente se habia vuelto genérica e inexpresiva.
Decidió irse.
Se fue a vivir al fondo del mar.
Sin internet ni cable.
A un sótano a leer El astillero.
A una boite venida a menos.
A comer un churrasco sin sal y tomates perita y pepinos.
A escuchar Clarín.
A maquillarse mal.
A pasear el perro 2:10 am después de Dolina.
A inscribirse en un curso de clown.
A hacerle el dobladillo a un pantalón de pana.
Hizo todo lo que su impulso le proponía.
Escuchó promesas y pensó proyectos.
Nada de eso funcionó.
Permaneció en el aislamiento y la austeridad de su nueva existencia.
Sus vínculos se quebraron y no pudo establecer nuevos por miedo a la redundancia de actos.
Las interpretaciones le daban vergüénza y le incomodaban.
Solo quedaba un día espléndido y frio y un fugaz arrepentimiento.