día de lluvia

cambió, ya no parecía tener esas mejillas rozagantes
tiembla la tierra, la espina en el centro de la espalda
una aventura hacia el terror vecinal
cruzando una línea imaginaria

confusión vital y sorprendente amnsesia
caminos selváticos entreverados y aleatorios
sublimes terremotos, lugares desconocidos
inviernos de sal y fuego

hermética envoltura de desenfreno
intentos en vano de recordar varios segundos atrás
mirar en el charco de barro
entre la mugre, la humedad y el olor a podrido

pozo desnudo, sórdido y sin techo
cueva de nada, pasajeros insolentes
castillos de ceniza y pedazos de cielo
trabajo forzoso, mentes de porcelana